El
misterio de
una caja con
U$S 290 mil
Aún no se aclaró
el origen del dinero depositado en un cofre de CBI. Fernando Boldú era titular
y Eduardo Accastello, autorizado.
Por Francisco Panero
Una caja de
seguridad en cuyo interior fueron hallados 290 mil dólares es uno de los
“saldos” que la megacausa Cordubensis (CBI) tiene reservados entre sus
capítulos más resonantes.
Tras la
intervención del cofre por parte del fiscal federal Enrique Senestrari, se
determinó que el depósito era compartido por el exintendente de Laguna Larga
Fernando Boldú y el reciente candidato a gobernador (Córdoba Podemos) Eduardo
Accastello.
Con el
recibo 1970, la Caja 49F de Cordubensis (CBI) tiene como titular a Boldú y como
autorizado, con firma registrada, a Accastello.
Los dólares
se atesoraban en 29 fajos de 10 mil dólares cada uno, con la particularidad de
que todos tenían numeración correlativa. La explicación que surge es que los
billetes no tuvieron circulación y procedían de una entidad financiera.
La
intervención de Senestrari fue en agosto de 2014, el año en que se produjo la
debacle de CBI. Pero, a poco de conocer su contenido –y acaso de quiénes eran
sus responsables–, el fiscal se sacó el peso de encima y entregó los dólares al
Juzgado N° 1, de Ricardo Bustos Fierro.
Hasta que le
quitaron la causa, el juez atesoró la moneda extranjera en una caja fuerte de
su despacho. El año pasado, el sucesor Miguel Hugo Vaca Narvaja recibió los
dólares y los depositó en el Banco Nación.
El
movimiento de la causa no registró mayor avance ni trascendencia pública. Sólo
se verifica el incidente o “Legajo 51”, en el que el fiscal se ocupa de Boldú y
Accastello, quienes no están imputados.
En lo
público, el incidente no cobró trascendencia hasta que comenzó a actuar la
Justicia provincial, más precisamente el juez Domingo Saúl Silvestre, a cargo
de la quiebra de CBI.
Los síndicos
de la fallida fueron al depósito de la Aduana Córdoba, en Buenos Aires 150, y
pidieron documentación. Uno de ellos, muy insistente, Ricardo Veltruski Heck,
consiguió que le proporcionaran unos documentos que curiosamente Senestrari no
había digitalizado para el expediente. En esos papeles, halló el contrato de la
caja de Boldú y Accastello.
Esto fue el
7 de agosto de 2015. Ese mismo día, una funcionaria de la dependencia nacional
se constituyó en el Juzgado de Bustos Fierro para pedir una fotocopia
legalizada del contrato para proporcionarle a Veltruski. Al parecer, esa
fotocopia iba a tener mayor circulación de la prevista.
El 25 de
agosto del año pasado, Bustos Fierro libró oficio al área Jurídica de la
Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) para que investigara
“profundamente” la situación patrimonial de Accastello y Boldú. El informe
llegó al juzgado el 31 de agosto.
Pero la
llegada de ese informe indicó que el 7 de agosto –el mismo día que hallaron el
contrato– Eduardo Accastello presentó declaración de los impuestos a las
Ganancias y sobre los Bienes Personales ante la Afip por los ejercicios 2009 a
2014.
O sea, un
mes después de las elecciones y el mismo día en que descubrieron el contrato,
Accastello recordó cumplir con el fisco por los últimos seis años.
Fuentes
judiciales confiaron que, en ese acto, el excandidato incluyó una declaración
por 18 mil dólares. Los mismos voceros sugieren que con ese monto pretendió
“desinflar” el mínimo requerido para configurar evasión impositiva y estar
incurso en un delito de la nueva Ley Penal Tributaria. De este modo, sólo
incurriría en una infracción, por la que recibiría nada más que multa de la
Afip.
En lo
patrimonial, los 18 mil dólares podrían asimilarse a los 20 mil dólares que
incluyó en su declaración jurada como candidato a gobernador.
“Nada que ver”
Más allá de
estos datos, este diario consultó a las personas a cuyo nombre está la caja de
seguridad. Accastello está de vacaciones en el exterior y sus asesores se
contactaron con este diario. El abogado Edgard Bernaus, patrocinante en el
“Legajo 51”, fue quien respondió a la requisitoria. Lo primero que sostuvo es
que no deben dar “ninguna respuesta porque no es titular (de la caja Eduardo)
Accastello”.
No obstante,
en segunda instancia reconoció que el exintendente de Villa María es
“autorizado”, pero que lo hizo por una relación de amistad con Boldú desde que
era ministro de Gobierno. El letrado aclaró que su cliente “en ninguna
oportunidad” se presentó a retirar dinero a la caja y admitió que sólo fue a
CBI a registrar su firma.
Sobre la
declaración de impuestos que hizo en agosto último, Bernaus dijo que él la
recomendó porque Afip le hizo una verificación electrónica y le requirió
información, por lo que le pareció conveniente informar las variaciones
patrimoniales.
Sobre los 18
mil dólares declarados, Bernaus sostuvo que los venía incluyendo año a año en
sus declaraciones desde que en 2003 fue designado ministro de Gobierno. Ese año
declaró 15 mil dólares y el monto llegó a 18 mil en 2008.
Finalmente,
para despejar dudas, Bernaus aclaró que los 290 mil de la caja estaban fuera
del conocimiento de Accastello y que son de Boldú. Sobre la presentación
impositiva, el mismo 7 de agosto de 2015, el abogado señaló que se trata de
“una coincidencia absoluta”.
Horas
después, el propio Accastello se comunicó con este diario desde el exterior y
pidió postergar la publicación de la nota hasta después de su regreso, el
martes próximo.
“Teníamos una caja”
Por su
parte, el titular de la cuenta, Fernando Boldú, concurrió a nuestra Redacción y
algunas de sus definiciones incluyen ciertas diferencias con lo dicho por el
abogado de su socio político. “Hemos pedido con el cotitular la restitución de
los fondos al juez actuante. Tenemos las justificaciones de los fondos y las
declaraciones de Afip”, sostuvo literalmente.
Sobre el
origen de los dólares, dijo: “Proceden en su gran mayoría de la sucesión (de mi
padre) y de ahorros”. Al consultarle si alguna parte de esos fondos, aunque
fuera mínima, pertenecía a Accastello, prefirió no precisarlo.
Para
concluir, Boldú subrayó, con estas palabras exactas: “Nosotros teníamos una
caja común ahí. Él y yo tenemos declaraciones hechas que superan ese monto”.
Pruebas pendientes
La respuesta
de la Afip al oficio de Bustos Fierro, el 31 de agosto, brinda detalles de la
investigación a Accastello y Boldú. Sobre el primero, dice que posee Cuit, pero
no estaba inscripto en impuesto alguno. También se dice que el 7 de agosto
declaró Ganancias y Bienes Personales de 2009 a 2014 y que se incluyen 18 mil
dólares. También dice que la investigación responde a la “manda judicial” y no
menciona que se haya hecho una verificación anterior.
Por el
informe, puede suponerse que si alguien le avisó a Accastello lo que sucedió el
7 de agosto, esa persona omitió hacerlo con Boldú.
Afip señala
allí que Boldú adhiere al monotributo. Lo llamativo, dice que “no registra
tenencia de moneda extranjera en efectivo desde 2009 a la fecha”. ¿Eran de él
los 290 mil dólares u olvidó declararlos?
Para
responder a esa pregunta, hay instrumentos para hacerlo y el fiscal Senestrari
puede usarlos. Él posee acceso a las computadoras de CBI donde se registran las
cámaras de seguridad y puede verse si Accastello fue o no a esa sede.
Además, está
el registro antropométrico de rostro y de huellas digitales que se pedía para
habilitar el ingreso a la nave donde estaban los cofres.
Esos
registros de cámaras y huellas están en la sede de la Aduana Córdoba, el mismo
lugar donde se guardaban los papeles que el fiscal no había digitalizado e
incluido en el expediente. Transcurrieron dos años y todavía no se usaron.
LA VOZ DEL INTERIOR - EDICIÓN DE HOY